lunes, mayo 18

Señor Otoño

Se diría que esta objetivamente Bien y en sus cabales, compensado y casi feliz entre la gente.
Cuando las seis doblan las campanas de la ciudad se puede ver al señor otoño caminando rumbo a casa y Media Hora mas Tarde sentado en la avenida, fumando un cigarrillo a la luz de los fríos de mayo, tratando de robarle una Canción a su guitarra.
Al señor otoño le gusta mirar como se descascara el tiempo entre las alas de las palomas y las bufandas de colores, escuchar los pasos a ritmo de tap de los perros de la calle, Despertar a los viejos vagos que amenazan dormir y no despertar jamas en algún banco de plaza. El señor otoño se emociona cuando los autos están detenidos en luz roja y los sobrepasan las motocicletas, el paso urgente de los carros de bomberos, las parejas de mujeres tomadas de la mano y paseando sin culpa por las calles, el despertar del día entre la bruma.
Al señor Otoño le queda una pena todavía entre sus manos de hojas caídas. En su piel de perlados rocíos condensados se revelan estertores de algo indefinible y sin sosiego post Mortem. El Señor otoño tiembla por primera ves de soledad empedernida, de ausencia incomparable; El Señor Otoño contempla la ciudad sabiendo que ella esta perdida o encontrada en alguna calle, en algún rinconcito de Dios y La hecha de menos Cantando bajito el sountrack de sus Historias.

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