martes, mayo 26

Hoy

La Mañana me despierta despacito, encerrado aún en la maraña de olores dulces a fuerza de amar. Me despierto atónito y desorientado como siempre, palpando las zonas abrigadas y los hielos de esta guarida de a dos que construimos con las botellas vacías del anteayer y los cartones de olvido del ya me fui.
¿Y que me importa que te vayas en cuatro días? eres preciosa y estas acá mismito en mis manos, al alcance de mis ansias locas de hundir la nariz en tu cuellito vida mía. ¿La vida sigue no? ¿y que puedo hacer yo si no vivirla? mas bien nadie sabe de donde nos vamos a agarrar pa seguir ni que cuento le vamos a meter al corazón pa que se quede quieto y no se nos desboque entre canciones poemas y otros tropiezos de arte.
Estas aquí y todo lo que fue es igual a lo que pudo ser; un tiempo descolorido, lleno de quizás, de faltas de ortografía en esta carta larga que es vivir. De verdad que importa poco el que ya no estés, cuando ese no estar es un mañana que se parece tan poco a este hoy, donde te vuelves para decirme buenos y días y darme el primer beso de este día de quererte.

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