miércoles, abril 1

Destino conocido

Destino conocido

Se aferro al pasamanos al tiempo que el mareo se volvía cada vez mas real, mas invalidante. Pensó que debía respirar lentamente y a intervalos regulares, como aprendió en aquella única clase de Yoga, pero la sombra que paso delante ya no se movió y corazón le empezó a latir mas de prisa. La mirada del animal se formo en su mente pero o supo asociar la singularidad de aquel suceso a su agonía en ciernes. Se asusto. Imagino que caería escaleras abajo, rebotando sin testigos por lo menos hasta el rellano de la escalera donde lo encontraría mas tarde la muchacha del 19… o aquel maldito bicho… decidió entonces concentrarse en que el ángulo formado por sus muslos y pantorrillas no siguiera disminuyendo. Ya se encontraba cubierta de sudor su frente, y sin chaqueta pensó, serian visibles ahora las húmedas aureolas bajo los sobacos y el cuello. Un frío mortal lo recorrió de arriba abajo; tembló. Pocos segundos mas tarde comenzó a perder el sentido sin darse cuenta de donde estaba o quien era.

Robespierr, desde el primer piso, escucho algo pesado desplomarse. Se apresuro por la gatera y luego hacia arriba, oliendo cada cierto trecho la certeza de su premonición.

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